La guerrera de la teta

viernes, 27 de mayo de 2011

Lactancia materna si, peeeerooooo

Ahora que LaNena duerme aunque LosMocos la tenga agobiada, voy a aprovechar para hacer un post de algo que, en definitiva es por lo que nació este blog: Mi experiencia con la lactancia materna en el hospital.

Nótese que he dicho "mi experiencia" no vaya a ser que me lea algún médico del HU San Cecilio Resort y se me enfade.

Bien, aclarado esto paso a relatar, en primera y subjetiva persona como viví yo la bonita experiencia de la lactancia materna en el Resort anteriormente mencionado, que por si alguien no conoce porque no ha estado nunca es el Hospital Universitario San Cecilio, de Granada.

Desde que LaNena decidió instalarse en mi útero y empecé a preocuparme en qué Resort de Bienvenida iba a recibirla a este nuestro mundo, no hice más que leer bondades de este Resort respecto DelOtro, el llamado Materno, que es algo así como su competencia directa en esto de dar bienvenidas a vástagos.

Pues bien, andaba yo muy contenta porque había leido que en dicho Resort eran muy respetuosos con el parto y que intentaban siempre parto natural (cosa que no comprobé debido a mis circunstancias) y que había firmado un acuerdo para entrar a formar parte de la iniciativa de "Hospital Amigo de los Niños" (que bonitooooo. Por favor poner cara de boniato y abrir la boca para leer) y que se fomentaba la lactancia materna y el contacto piel con piel...todo era casi idílico. Peeeero, hete aquí que yo, por mi condición de MiembroVip del Resort me he pasado allí 102 días de Vacaciones y claro, así la cosa cambia.

LaNena, pobre mía, sin comérselo ni bebérselo se vio desalojada de su estupendo Útero en la semana 26 debido a riesgo para la salud de su Casera, o sea yo, y de ella misma, debido a una rotura de bolsa del otro inquilino que, finalmente y viendo que ya no pintaba nada en el pisito, pues lo había abandonado en la semana 21, decidió desalojar y así dejarle mas espacio a LaNena y más tranquilidad (o eso pensaba yo... ilusa!!) a mí. Y ahí comenzó mi estancia en el Resort HU San Cecilio, ciudad de Bienvenida a la Maternidad.

Al principio todo fueron facilidades. Nada más desalojar a LaNena, al día siguiente, una enfermera muy amable (y lo digo de verdad) vino y me explicó las bondades de un aparatito que, según ella, me haría mucho bien porque me mantendría la mente ocupada y a la vez me permitiría cuidar de mi hija que se encontraba una planta más arriba en la UCI, Unidad de Cuestiones Imprevisibles, porque allí todo era imprevisible. Cada día, una historia nueva.
El aparatito en cuestión era "El Sacaleches", que no es un señor que te da de tortas para sacarte las leches, no, es un chupacharcos moderno que nos estruja las tetas hasta quedar exhaustas para sacar el maravilloso néctar que alimenta a nuestros vástagos.

Bueno, pues allá que me puse manos a la obra con "El Sacaleches" y tooooodos los días, como si de rezar a la meca se tratase, cada 3 horas (después me enteraría de que eso es mucho tiempo y debería haberme sacado cada 2 o así, ¡cosas del Resort!) me enchufaba el chupacharcos y extraía el ansiado petróleo de mis pechos. Después lo subía a la UCI donde lo almacenaban como un tesoro para cuando LaNena pudiese "comer" porque cuando se produjo el desalojo su estómago estaba aún en fase de proyecto como quien dice y solo tenía los andamios, con lo que, no soportaba mi petróleo de alta calidad y era alimentada con un sucedáneo llamado "Parenteral".

Fueron pasando los días y los meses hasta que, un buen día LaNena probó mi néctar y tan bien le sentó que le aumentaron la dosis con rapidez hasta llegar a tomar 15ml cada hora habiendo empezado con 1ml. Los beneficios de la leche materna eran patentes, pues LaNena cogía peso e iba saliendo de infecciones varias (además de la leche contribuyó el método canguro, del que otro día os contaré mi experiencia, que esa es harina de otro costal).

Cierto día, practicaba yo "El método" con LaNena cuando observo que esta hociquea y saca su lengua cerca de mis tetas, y me digo -esta niña busca teta, ¡hay, que ya me la puedo enganchar!- y muy contenta e inocente llamo a la pediatra para comentarle el hecho y ver qué camino tomamos para que se enganche a la teta, pues no tenía técnica la pobre (LaNena se entiende, la pediatra no necesitaba engancharseme a nada!). Y ahí cambió todo. Todos los mensajes de aliento a la lactancia, de apoyo con el sacaleches y de buen hacer cuando llevaba los biberones llenos de néctar se redujeron a una frase: 

Bueno, si ya quiere comer por boca, habrá que empezar con biberón porque como es muy chiquitina NO SE VA A ENGANCHAR.

¡¡Comooooooooo!! No lo podía creer. Pero si había sacado la lengua y me había chupeteado el pecho, cómo no se iba a enganchar, si lo estaba pidiendo a gritooosss (la que casi grita soy yo, menos mal que MiContrario estaba allí). Y entonces comenzó la segunda parte de esta historia:

Cómo saltarte las prescripciones médicas y hacer lo que te da la gana sin ser visto, que la dejo para el siguiente post, que si no este me sale muy largo.

domingo, 15 de mayo de 2011

Por una lágrima tuya

Hoy me he dado cuenta de lo mucho que duele ver a un hijo llorar. 

Por motivos que no vienen al caso, MiContrario y yo hemos tenido, como decirlo, una desavenencia de opiniones, y claro, LaNena (o sea Valeria) que es "mu sentia" (en el sentido de sensitiva con los sentimientos, se entiende) se ha puesto a llorar. La tensión se mascaba, desde luego, pero es que no me podía imaginar que mi hija me iba a mirar con ojos de ¡No entiendo nada mami! ¿Qué pasa?

Sus ojos eran como un cristal en el que mirarme y derrumbarme, en el que perderme hasta no encontrarme. Me miraba intentando encontrar una respuesta, un abrazo, un consuelo, una razón... y no podía dársela.

Los malos sentimientos, la ira, la sinrazón, la violencia más brutal se habían apoderado de mí y mis nervios hasta hacerlos estallar como un cohete de feria. Y allí en medio, sin saber qué hacer se encontraba mi hija con sus ojos llorosos y una expresión que no había visto hasta hoy.

De pronto he comprendido que ella es quien me ata a la cordura, a la razón y a la calma, aunque a veces, como hoy, la pierda. Es por ella por quien no puedo dejarme llevar, porque soy su ejemplo, su guía, su mundo, y no quiero que crezca en un mundo violento.

No quiero ver más esa lágrima desesperada que pide a gritos una explicación, un motivo, que pide a gritos un abrazo y una reconciliación.

Por una lágrima tuya derramé el cielo hasta hacerlo caer,
por una lágrima tuya me até sin fuerzas al timón de mi razón,
por tu mano extendida hacía mi pidiendo perdón sin tener que hacerlo,
por ver tus ojos en los míos, llorar de desesperación,
acallé mi ira y besé tus mejillas,

¡no pasa nada mi niña!

por una lágrima cayendo en tu rostro,
miré mi alma y vi una luz,
prendida a mi pecho pedías consuelo,
y la luz se iluminó

Cayó una lágrima en tu rostro y me miraste,
sonriendo con compasión

¡no pasa nada mi niña!

Esta vez, no era yo.

Gracias Valeria por mostrarme el camino para ser mejor persona. La próxima vez saldrá mejor y no habrá lágrimas. Te quiero.

martes, 3 de mayo de 2011

Dar un cachete es ¡algo normal!

Ojiplática me quedo oiga, ojiplática. Por cierto, gracias Bea por tan bonita expresión, que describe tan fielmente cómo me quedo a veces, pero a lo que vamos, que me lio.

Decía que ojiplática me quedo porque esta mañana, en mi incursión habitual en internete, visitando la web  de Rtve me voy al enlace del programa Gente  para buscar un reportaje sobre homeschooling y me encuentro una noticia en el minuto 16:08 que me deja algo preocupada. 

La noticia en cuestión es que una señora fue condenada a dos años de alejamiento de su hija por darle dos cachetes y ha sido absuelta.

Dicho así, pareciera que estoy de acuerdo en la condena, y no. No estoy de acuerdo en que a una madre se la separe de su hija por haber perdido los nervios y haberle dado dos cachetes, peeeeero tampoco estoy de acuerdo en que dicha acción se vea como algo natural y, de manera natural uno se ponga de parte de la apesadumbrada madre ¡¡!! 

A ver, un poco de sentido común, señores/as. Que es normal perder los nervios, si, QUE NO ES NORMAL PEGAR A UN NIÑO/A, TAMBIÉN. Es que no podemos verlo como algo normal, porque no lo es, porque en ninguna sociedad civilizada debería serlo, y porque, si enseñamos que cuando no se hace lo que queremos o no estamos de acuerdo con algo, allá va el tortazo, no pretendamos después que nuestros jovenes se sienten pacíficamente a tomarse una caña en una terraza y charlen sobre filosofía budista, NO SEÑOR. Lo normal será que hayan aprendido que la violencia sirve de algo y que, además es un acto normal, con lo que, la usarán de forma normalizada. Y lo siento, pero no me parece bien.

Además de esta noticia, ayer por la tarde, en 13Tv en el programa Te damos la tarde (vaya si me la dieron, si), me encuentro a Nieves Herrrero debatiendo con unos contertulios sobre si el tortazo está bien como medida disciplinaria, y pienso, ¡no puede ser! A ver Irene, tu te has cambiado de planeta y no te has enterao, vuelve al tuyo mujer. Lo intento pero el teletransportador me dice que no, que estoy en mi planeta y sigo escuchando.

Un señor llamado Nacho Sierra dice, con cierto orgullo y sin ni siquiera pestañear que a sus hijas les ha dado algún cachete y que, no solo no se arrepiente sino que lo hizo por su ¡bieeeennnn! y a su lado, otro al que no conozco argumenta: a ver, los hijos no entenderán que nos duele más a nosotros que a ellos, pero lo hacemos porque los queremos, porque es necesario para que aprendan límites (deduzco que a este señor nadie le ha enseñado a dialogar).

Ojiplática, asombrada y estupefacta a la vez que indignada y triste me he quedao.

Si se justifica el pegar a un niño con que es por su bien, es por su educación y es para que aprenda a comportarse, no tengo nada que decir, es un fiel reflejo de lo que tenemos hoy: Jovenes malcriados que no respetan nada ni a nadie, faltos de valores y limitaciones que les enseñen a vivir en sociedad. Aquí es donde alguien alza la voz indignado y te dice ¡claro, si no los disciplinas y se lo das todo así están! ¡Hay que poner límites!

Ay Dios mío con los dichosos límites!! A ver, una preguntica a l@s que estáis casados o en pareja cuando hay una desavenencia, discrepancia de opinión, disparidad de criterio, en fin, llamemosló X con vuestr@ contrari@,¿le dais un guantazo para que haga lo que queréis y aprenda a vivir en esa sociedad que habéis creado? Espero que no, la verdad.  Lo normal en estos casos suele ser que:

1. Si el susodicho/a está muy encolerizado lo dejemos para que se calme, ya sea viendo la tele, en el ordenador, en una habitación a solas o, en muchas ocasiones, dando un paseito a la vera del fresquito de la calle, que aclara muy bien las ideas.

2. Una vez está calmado, nos sentamos y dialogamos como personas para solucionar el conflicto y llegar a un punto en común si se puede y si no, llegar a un acuerdo de qué se hará cuando se de la situación que crea el conflicto.

Y ahora pregunto,¿eso mismo no lo podemos hacer con un niño? A mí me parece que si. El problema está en que, a tu pareja queda feo que la guantees en el aparcamiento del Kinepolis porque no quiere irse y quiere una hamburguesa del BurguerKing, mientras tu lo que quieres es llegar a casa y soltar las bolsas de la compra de una vez antes de que el helado llegue hecho crema de menta-choc, que luego hay encima que limpiar el coche. Claro, si es normal. Pero tu pareja no lo entiende. Él quiere una hamburguesa, y tu, ¡zas! le arreas el tortazo y lo metes en el coche, arrancas mientras él va echando improperios y llegáis a casa. 

Va a ser que no.

Si la situación la ponemos con un peque la cosa cambia, ¿a que si? Con ellos no hay paciencia que valga, son intensos, tienen la capacidad de sacarte de quicio y, lo peor, ¡no razonan! ¿o si? Tal vez, si desde pequeñitos los enseñamos a razonar, aunque tengan rabietas y no podamos evitarlas (el llanto no es más que la expresión del cabreo, vamos lo que hacemos los adultos cuando nos cagamos en el cop.... y esas cosas), tal vez entonces, los hagamos razonar poco a poco y lleguemos a una convivencia pacífica.

¿Perder los nervios? Si. ¿Pedir perdón? También. Que parece que nos cuesta, leche. Que si le has dao un zangarreón al pobre niño, o un grito, pues cuando se pase la situación y se hable del tema se pide perdón, igual que lo haces con tu pareja o un amigo, que no cuesta tanto y además enriquece la relación.

Así, y solo así, creo que la sociedad cambiaría y tendríamos niños más cooperativos y adolescentes menos burros

domingo, 1 de mayo de 2011

Felicidades en el Dia de la Madre

Madre no hay más que una, eso me decían siempre. Y es verdad, aunque no todas son iguales. Hoy, en este día tan especial, y como decía un anuncio de una "bebida espirituosa" (jiji, me hace gracia esta definición)....

"para las altas, para las bajas, para las que abrazan, para las que portean, para las que besan, para las que aupan en brazos sin pensar que malcrían, para las que usan pañales de tela, para las que creen en sus hijos, para las que no piensan que son pequeños tiranos, para las que respetan, para las que juegan en el suelo con ellos, para las que los escuchan, para las que educan en casa...."

Para todas ellas, y también para las demás, pero en especial para ellas porque entre ellas me incluyo, una felicitación grande MUY GRANDE, por tener ideas propias aunque suponga ir a contracorriente, por no cejar en el empeño de hacer lo que creen correcto, por intentar cambiar desde abajo esta sociedad, con amor, besos y muchos abrazos....

En definitiva, para todas las mamis FELICIDADES!!

Revuelo en la Red

Hoy me he levantado y como cada mañana he abierto mi Facebook y me he encontrado unas cuantas alusiones a la noticia de la que me hacía eco ayer http://www.europapress.es/sociedad/educacion/noticia-gobierno-dice-ninos-deben-ser-escolarizados-nada-mas-nacer-20110429162550.html

Desde El psicotaller, Grupo Maternal, Reeducando a mama e incluso como grupo de Facebook, nos llegan peticiones y cartas a este señor, la mayoría de madres (que curioso, ¿no?), que dan su opinión e incluso piden una rectificación.

Y es que no es para menos. Como ya comentaba ayer me parece que el sistema educativo que tenemos es anacrónico y está falto de muuuuuchas mejoras, pero es que, además, este señor piensa que esa sería la mejor medida para la "conciliación entre la vida laboral y personal", ¿De verdad se lo cree? (espero que no, la verdad). Yo me atrevería a pensar que este señor está muuuuuy poco informado sobre lo que las mujeres madres entendemos por conciliación laboral y familiar (será que no tiene ninguna cerca para preguntarle) y me atrevería a decir que además no se ha molestado en leer ni investigar sobre los últimos estudios en crianza que afirman que los niños con quien mejor están hasta los dos años es con sus mamas.

Al señor ministro le digo que, en un día tan especial como hoy, le pregunte a las madres que tenga cerca, a la suya, a sus vecinas, a la que se encuentre en el parque o el bar disfrutando de un día festivo con sus hijos, qué entienden ellas por conciliación familiar y laboral y qué medidas adoptarían... A ver si así le abrimos los ojos y le cerramos la boca, que creo que sería bastante más productivo para nuestro país.

Ah! y una ultima cosita, dediquese a mejorar las políticas laborales (era el ministro de trabajo, ¿no?) y a las madres déjenos criar y educar en paz, y si es posible, piense en nosotras cuando cree puestos de trabajo, para que podamos acceder al mercado laborar sin tener que renunciar a la condición más bonita que nos ha dado la naturaleza, SER MADRES. Que no es un estigma, no, sino una condición o estado maravilloso, que creo que la mayoría disfrutamos plenamente.

Ea, señor ministro, que pase un FELIZ DÍA DE LA MADRE

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