La guerrera de la teta

jueves, 16 de diciembre de 2010

Una historia de esperanza

Ahora que se acerca la navidad y es tiempo de esperanza quería contar nuestra historia. Es una historia con una parte triste pero que nos unió como familia y nos hizo plantearnos algunas cosas.

Como en todas las historias todo comienza con la noticia ¡estoy embarazada! y de repente todo tu mundo cambia. No podíamos creernos que una personita iba a llegar a nuestra familia cuando nos dicen que en lugar de una iban a ser ¡dos personitas! La felicidad entonces fue completa. No podíamos imaginar ningún pero, ninguna pega a esa situación y todo era felicidad.

Nadie nos dijo nada de embarazo de alto riesgo, ni de posibles complicaciones ni de cuidados especiales o medidas de salud. Nuestros amigos y nuestras familias estaban alucinados con la noticia y a nosotros nos hacía mucha ilusión traer a la parejita.

El tiempo pasaba y yo me encontraba fenomenal, sin nauseas ni mareos ni nada de nada, tan solo unas ganas locas de vivir esa experiencia tan bonita... pero no pudo ser.

Nuestro precioso niño, Enzo, no pudo seguir adelante y nos dejó el 4 de junio. Fue algo repentino, y aunque nos hicieron pruebas debido a un retraso en el crecimiento no nos dijeron en ningún momento que nuestro bebe podía fallecer. Nuestro mundo de ilusiones se hundió.

Nunca he sido muy creyente y cuando algo así te golpea empiezas a plantearte muchas cosas. Llegué a maldecir al universo entero y no me sirvió de nada. Simplemente Enzo ya no estaba y había que aceptarlo. No fue nada fácil. No encontrábamos explicación médica y tampoco me valía especialmente eso de "la naturaleza es sabia". Si tan sabia es, ¿por qué permitió que Enzo entrase en nuestras vidas para luego llevárselo? No. Definitivamente la naturaleza no me parece sabia, más bien es una fuerza poderosa que nos maneja a su antojo, y en esta ocasión se había fijado en nosotros.

Desde aquel día han pasado 2 estaciones y muchos días y Valeria, la otra parte de la historia está hoy con nosotros, en casa y feliz.

No tardó mucho en llegar, más o menos un mes después de que su hermano se fuese. El 10 de Julio, cuando aún estábamos haciéndonos a la idea de que su hermano no iba a estar con nosotros, se presentó el parto de Valeria. Fue un parto por cesárea de urgencia, traumático para ella y para mí. Fue algo inesperado. Mi cuerpo, cansado y hastiado de todo decidió purgarse y tuve el aborto de mi hijo, y como consecuencia, nacía Valeria y comenzaba la "Era Valeria", como la llamaba su padre.

Con tan solo 800 gramos de peso y 34 centímetros Valeria era poco más que un feto en desarrollo. No fue ni mucho menos una niña rolliza y blanquita a la que abrazar tras un parto tranquilo. Ingresó en la UCI nada más nacer y pasó allí 60 días. Bajo a Neonatología con 1500 gramos y pasó allí 42 interminables días y ahora por fin está en casa. Han sido 102 días de incertidumbre, tristezas y algunas alegrías pero ya han pasado.

Mi mensaje para todos esos padres que tienen un bebe prematuro, para todos aquellos que creen que no tienen fuerzas para seguir, para todos aquellos que no ven la luz ni la salida, para todos aquellos que creen que nadie les entiende...

ESPERANZA

Dicen que es lo último que se pierde y mi experiencia es que, siempre hay un rayito de ella en alguna parte. Deseo de todo corazón que esta navidad, todos esos padres encuentren su rayito y se agarren a él, porque se puede salir y sin duda, nuestros niños lo saben. SON GRANDES VALIENTES, que luchan día  a día y se merecen que confiemos en ellos.

VALERIA OS DESEA FELIZ NAVIDAD

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he emocionado al leerte, por la pérdida de Enzo y por esos primeros 102 días de la Era Valeria, asi escritos son sólo un número, pero vividos día a día, son otra cosa... pero lo que más me emociona es tu vitalidad y esa valentia tuya para contar aqui tu historia.
Besos
kanguritos

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